viernes, 2 de agosto de 2013

El Asilo de Ancianos

Vamos a pasar nuevamente al tema de los templos, porque nos hemos casi olvidado del Asilo, quizá porque no se trata exactamente de un templo, pero dado que posee capilla y esta regido por una comunidad de religiosas, lo encuadramos como tal.

La antigüedad de esta institución se remonta a 1.884, fecha en que cinco monjas de la Congregación de Hermanitas de Ancianos Desamparados (creada en 1.773), se instalaba en Almansa, en un caserón sito en la calle de la Rambla, propiedad de la Condesa de Antillon. La citada congregación de monjas (de Santa Teresa Jornet), estuvo regida en nuestra población por Sor Constantina del Espíritu Santo que, con sus cuatro hermanitas inicio la benéfica actividad de este centro acogiendo en principio a ocho hombres y diez mujeres, todos ellos de edad avanzada.

La casona cedida a las monjas por don Antonio Perez de Herrasti, heredero de la Condesa de Antillon, era un edificio de solida pero sencilla arquitectura en lo que lo único destacable era la portada de sillería.

No he podido averiguar por que la Condesa de Antillos recalo en nuestra ciudad, puesto que su esposo, que fue quien dio origen al titulo, no tenia, aparentemente, la menor relacion familiar aquí.

La historia de este hombre es tan interesante (y tan desconocida por los almanseños) que no puedo menos que resumirla. Don Isidoro de Antillon y Marzo nació en Santa Eulalia (Teruel), Fue doctor en ambos derechos (Diccionario Espasa, tomo 5, pgas. 778 y 779) y experto geógrafo, en términos que a los 16 años obtuvo un premio en metálico y el titulo de Socio de merito de una Academia Científica por su obra "Descripción orográfica, política y física de Albarracin" (1.792).

A los 24 años de edad empezó la formación del primer "Atlas Español" completo. Fue catedrático del Seminario de Nobles de Madrid hasta la invasión francesa, contra la que se manifestó con todo podrimiento y- valentía, asistiendo a los dos sitios de Zaragoza y figurando en la "Junta de Defensa".

Enfermo y perseguido, dedicase por entonces a hacer observaciones barométricas y a reunir interesantes datos de meteorología e hidrografía. En Teruel fue el alma de la Junta de Gobierno contra Napoleón y en 1.809 fundo con Quintana el "Semanario Patriótico", primer periódico político aparecido en España.

Nombrado magistrado de la Audiencia de Palma de Mallorca escribió en "La Aurora Mallorquina", diario liberal que defendía los principios liberales y republicanos.

En 1.818 fue elegido diputado para las Cortes de Cadiz. En la noche del 3 de noviembre de 1.813, tres asesinos le dejaron por muerto en una calleja, al salir de las Cortes.

Fue el primero que diserto en la Academia de Derecho contra la esclavitud de los negros y a el se debe la abolición de la pena de azotes en las escuelas.

Para que se vea el encono de las luchas políticas en España en la primera mitad del siglo XIX, hay que consignar el hecho de que en 1.823, una partida realista desenterró y aventó sus cenizas, después de haber quemado su cadáver.

Isabel II, para reparar en lo posible el atentado cometido por Fernando VII (o sus intransigentes y extremistas partidarios) contra los restos de Antillon, concedió a la viuda de este, en 1.849, una pensión vitalicia y el titulo de condesa de Antillon.

Ruiz de Alarcon nos cuenta la inauguración del Asilo de esta manera:

"El 22 de junio de 1.884 se inauguro el Asilo de Ancianos Desamparados, instalándose en el edificio situado en la calle de la Rambla, numero 16, donde continua en la actualidad. Dicho edificio fue cedido para siempre en usufructo, por el Iltmo. Sr. D. Antonio Perez de Herrasti, Conde de Antillon, al objeto de que se destinase a Casa Asilo, bajo la dirección de las Hermanitas de Ancianos Desamparados.Asilo de esta manera:

La víspera del citado día llegaron procedentes de Valencia cinco Hermanitas que habían de quedar al frente del establecimiento, siendo la primera Superiora Sor Constantina del Espíritu Santo.Asilo de esta manera:

Un volteo general de campanas anuncio el arribo de estas humildes y caritativas siervas del Señor. El extenso anden de la estación férrea hallaban invadido por todas las clases sociales del pueblo, con el Ayuntamiento, Clero, Autoridades y Comisiones. La Comitiva se dirigió a la Parroquia, totalmente ocupada, en cuya puerta esperaban ocho ancianos y diez ancianas que habían de inaugurar el Asilo. El Templo estaba iluminado como en las noches de la entrada de la Patrona y en ocasión de gracias por tan fausto suceso se canto una solemne Salve, del pianista y compositor almanseño D. Jose Piqueras, interpretándola distinguidas señoritas. Terminado el acto, las Hermanitas se hospeda ron en el domicilio de Da. Josefa Ulloa de Soriano. Al día siguiente, después de celebrados varios actos religiosos en la Parroquia, con asistencia de autoridades, Banda de Musica y elocuente sermón a cargo de D. Santiago Riera Manzano, Cura Parroco, se dirigieron todos a la Casa Asilo, cuya fachada fue vistosamente adornada, verificándose la bendición y apertura de este benéfico establecimiento, donde se sirvió una comida costeada por el Ayuntamiento a los ancianos y demás invitados.

Las Hermanitas quisieron servir las mesas, pero se les rogó que declinasen aquel honor en las jóvenes que habían mostrado sus deseos de ser ellas las que realizaran tal servicio, efectuándolo las señoritas (entonces) Josefa Alcaraz Galiano, Concepción Perez, Teresa y Camne Montenegro, Concepción Mancebo, Luisa Ohcoa Galiano, Francisca Bustinza y Manuela Martinez Cortina, quienes en unión de doña Teresa Galiano Alcaraz, doña Paz Fernandez, viuda de Galiano, doña Leocadia Cuadrado de Mancebo y de doña Piedad Martinez de Andres, habían recorrido la población suplicando limosnas, organizando rifas, entre otras la de un magnifico cuadro al oleo copia de la Purísima de Murillo, obra y regalo de don Jose Manresa (que era Diputado a Cortes por este Distrito), a fin de allegar recursos para la realización de la caritativa empresa, que mereció el beneplácito de la población.

Terminada la comida a los ancianos, amenizada con los acordes de la musica, se sentaran a la mesa las Hermanitas y señoritas sirvientas, quienes a su vez fueron galantemente servidas por don Manuel Andres Real, Alcalde de esta ciudad, D. Jose Maria Perez, D. Jose Alcaraz Galiano y D. Paulino Lausen, el cual dirigió gratuitamente las obras llevadas a cabo para poner en condiciones adecuadas la Casa Asilo y costeo con singular desprendimiento, el dormitorio para los ancianos, así como tambien varios obreros regalaron a las hermanitas un carro atartanado para, con la jaca donada por D. Jose Mompo, pudieran salir a las labores del termino a pedir limosna.

Por la noche de aquel día se sirvió por las mismas señoritas una cena a los ancianos, costeada por el Sr. Cura Parroco y después de un concierto musical, con numerosa asistencia de este vecindario, al sonar las once, el Alcalde dispuso cerrar las puertas del establecimiento, dando por terminados los actos del día 22 de junio de 1.884, de feliz recuerdo, por haberse inaugurado este albergue de caridad, que en las diferentes épocas ha tenido, tiene y tendrá siempre las simpatías, el respeto y la admiración de todos".

La campana de la ermita de San Jose se entrego a las Hermanitas del Asilo un año después de derribarse el pequeño templo. Con anterioridad (20 diciembre de 1884) les había sido entregado un cuadro de la Virgen de Belén que existía en la citada ermita.

En 1.957, el edificio que albergaba a los ancianos ya no se encontraba en condiciones para cumplir con su cometido y, muchos menos siendo sus huéspedes personas de avanzada edad, poco preparadas ya para soportar el frío y la humedad que rezumaban las viejas y repintadas paredes; así que la Corporación Municipal, con el apoyo del pueblo (como siempre) y a instancias de la Hermana Superiora, proyecto la construcción de un nuevo edificio mas idóneo para cumplir con el cometido de la institución.

En 19 de marzo de 1.960 ya se había conseguido el forjado del techo de la primera planta (el bajo) en su nave posterior completa, así como la mitad aproximada de las laterales. En mayo de aquel mismo año, en que se cumplía el segundo aniversario de la colocación de la primera piedra, quedo alzada la planta principal, tejado inclusive.

El emplazamiento de este nuevo centro se ubico en las afueras de la población, sobre la antigua carretera (o Camino Real de Madrid), actualmente denominada calle Corredera.

Los agricultores y transportistas de la localidad (como antes lo habían hecho sus antepasados con la iglesia de la Asunción), acarrearon gratuitamente toda la piedra y la arena que hizo falta para la cimentación del edificio.

Los donativos que se habían recibida por aquellas fechas (de la mas diversa procedencia y cantidad) ascendían a 894.925'- pesetas y en junio de 1.962, la cifra era ya de 4.137.692'- pesetas, dos millones de las cuales habían sido cedidos -o concedidos- por el Ministerio de Hacienda. La Hermana que impulso esta mejora se llamada Sor Irene Tellos Castro.

Antes de que se quede en el olvido tengo que señalar que la fachada del caseron del antiguo Asilo, al demolerse el edificio, fue desmontada cuidadosamente y vuelta a montar en el interior de la Casa Grande, dando vistas al jardín interior.

A la construcción del nuevo Asilo colaboro todo el pueblo, bien con donaciones en metálico entregadas por grupos, entidades, sociedades e instituciones, bien por donativos particulares, mas o menos aireados o secretos; pero el caso es que se consiguió terminarlo y hasta dotarlo de los medios adecuados para poder desarrollar su cometido en unas condiciones muy aceptables, dentro, claro esta, de la modestia.

En esta ultima época, la Emisora local se esforzó lo indecible en activar la buena voluntad de los "rezagados" y consiguió los fondos suficientes para poder montar una enfermería y completar la dotación de enseres para las 150 plaza conque cuenta el establecimiento.

Actualmente la institución goza de tal prestigio a escala nacional que recibo asilados de todas partes de la Península.

Y para terminar con el tema de los templos, solo falta decir que las antiguas ermitas de San Roque y San Isidro, son hoy día dos pequeñas iglesias de barrio, gracias a las "restauraciones" (léase obra nueva) en época todavía relativamente reciente.   

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