lunes, 8 de julio de 2013

La Primitiva Imagen de la Virgen de Bélen

Un trueque de este tipo recayó sobre la imagen de la Virgen de Belén, allá por los principios del siglo.

En 1.905, a causa -según dicen- del deterioro que el rostro de la Virgen y el Niño padecían por la costumbre entonces reinante de arrojar caramelos y anises en la procesión del día seis de mayo, D. Nicolás Diaz Real, Hermano Mayor encargado de la conservación de la imagen, la mando restaurar a Valencia.

Y la Virgen que al salir de Almansa, era de figura sentada, con el niño en el regazo y modelado su rostro con rasgos bizantinos, regreso al santuario de Las Barracas, tan cambiada, que los almanseños no la reconocían como su "Virgencica de Belén".



Ni que decir tiene que los disgustos entre el pueblo fueron enormes y las protestas mayúsculas, pero el tiempo todo lo cura y a su paso, los rasgos de la imagen antigua fueron difuminándose en el recuerdo de los mayores, mientras nadie se percataba de la transformación de la luna en media naranja cada vez que los curas hacían uso de su mas o menos fluido poder persuasorio y evangelizador.

La Virgen de Belén..., la "diosa madre" del subconsciente alamanseño, no necesitaba que nadie le añadiera el menor oropel. Los almanseños, creyentes o no en la fe cristiana, sienten particular devoción hacia ella. Sin embargo, para fomentar este sentimiento, se adorno la historia de la imagen con una antigüedad exagerada y una milagrosa aparición, muy poco original, por cierto.

Parece ser que esta versión fue difundida en 1.923 cuando D. Eloy Villena, cura párroco muy estimado por la población, fundo un periódico titulado "La Voz de Almansa", que pretendía aunar opiniones y afectos entre la Iglesia y sus feligreses, con el cercano motivo de la coronación pontificia de la imagen, a celebrarse dos años después.

En este pequeño periódico se fue preparando la conciencia de los almanseños de cara a esa extraordinaria manifestación, en la que se precisaba su colaboración espiritual... y ,claro esta, la económica.

En el primer numero de este semanario y firmado con las iniciales "F.V." (Florentino Villena), aparece un articulo titulado Los Pastores, en que se habla de la antigüedad del culto a la Virgen de Belén por el pueblo de Almansa. Dice así:

"Hemos tratado de inquirir la fundación de esta devota Sociedad de la Virgen y todos cuantos exámenes de libros, computo de fechas y hasta preguntas a personas versadas en la tradición almanseña hemos hecho, han resultado infructuosas. La benemérita Sociedad de los Pastores, en cuanto a su constitución, es un enigma que ni aproximadamente podemos descifrar.

No obstante, es creencia general -y a ello contribuye su propia oscuridad en los tiempos- que debió fundarse con la aparición de la Virgen hace aproximadamente 11 siglos; por tanto su antigüedad se remonta a los años 820 al 850, con lo que resulta que esta Sociedad se fundo en el lugar de la aparición milagrosa (hoy Santuario de Belén) 200 años antes que la ciudad de Almansa.

De como se constituyo la Sociedad ya hemos dicho que no hay vestigios históricos, o no hemos podido hallarlos, pero con la aparcion de la Virgen a uno de los pastores, debieron congregarse al rededor de la sagrada Imagen todos los demás de los contornos, quienes, después de ofrendarla sus cánticos y devociones, la proclamaron Patrona y se constituyeron en fieles devotos de la Virgen de Belén y custodios perpetuos del culto a la sagrada Imagen.

La tradición, que es el alma de los pueblos, ha conservado a traves de los siglos esta santa devoción de los pastores a su Virgen y hoy, como hace 11 siglos, la Patrona de Almansa sigue rodeada por los descendientes de aquellos primeros devotos y la Sociedad que entonces, espontáneamente, se fundo sin mas base ni mas reglamento que la devoción de la Virgen, continua al presente con los mismos entusiasmos y mas esplendoroso culto.

Es un ejemplo de solidaridad que no nos lo ofrecen las modernas sociedades, todas caducas. Y es que no hay ideal tan solido como el que se cimenta en el corazón y tiene por base el amor santo a la Virgen.

Por eso la Sociedad de los Pastores de la Virgen de Belén no puede desaparecer nunca, hasta la consumación de los siglos. La tradición, que nos ha traído día por día el divino perfume de aquella primera devoción de los pastores, la transmitiría con el correr de los siglos y de generación en generación, y si el motivo de su fundación obedeció a la aparición de la Virgen, lógicamente pensado, no podrá desaparecer mientras la Virgen subsista. F.V. "




Aunque se desconoce la fecha exacta en que los árabes reedificaron (o levantaron) una población alrededor del "Cerro del Águila", mientras se construía en su cúspide el Castillo, parece que esto se produjo al principio del siglo X, con lo que, efectivamente, no existía Almansa en la fecha que se da como la de aparición de la imagen de la Virgen.

Sin embargo, si que existía Ello (Montealegre),que era una importantísima ciudad en aquella época; por lo que los pastores que se encontrasen la imagen pertenecerían a aquella población y se hubiesen llevado la imagen, la tradición (Romería incluida) a su lugar de origen, ya que el santuario se encuentra, como todos sabemos, a medio camino entre ambas poblaciones Todo esto aporto, pensando que los pastores que viviesen entonces en esta comarca fuesen cristianos, a los que los árabes les hubiesen dejado algunas cabezas de ganado para que pudieran pagar sus tributos, pero esto no concuerda con la total despoblación de la zona que nos afirman algunos autores.

Otra cosa seria si la imagen apareció con posterioridad a eses fechas y cuando ya Almansa, consolidada como población, era una villa cristiana "reconquistada".

Las apariciones de estatuas antiguas de forma fortuita (milagrosa para la religión católica), son muy frecuentes en el país.

Unas, las menos, proceden de enterramientos u ocultaciones conscientes, para evitar que cayeran en manos infieles; pero esto sucedía cuando existía una población. Y estas imagenes fueron recuperadas una ves se consolido la reconquista del lugar, bien por obra de la casualidad, bien por datos transmitidos de generación en generación.

Los otros hallazgos, mas numerosos si cabe, no fueron otra cosa que restos arqueológicos que el arado o la azada sacaron a relucir al remover la tierra de los bancales.

Muchas de estas apariciones "milagrosas" responden por completo a lo anteriormente expuesto. Las famosas estatuas ibéricas conocidas como "Dama de Elche", "Dama Oferente", etc., pudieron haberse convertido en otras tantas vírgenes cristianas de haberse descubierto un par de siglos atrás.

Un par de siglos, pero no once, como se le quisieron atribuir a la Virgen almanseña, a la que ya denominaron "de Belén", como si ese nombre le hubiese sido impuesto por el lugar de su aparición, cuando sucedió todo lo contrario: que el paraje denominado de "Las Barracas", por comodidad de uso del lenguaje, paso con el tiempo a conocerse como "Belén", debido a la contracción de la frase "Santuario de la Virgen de Belén", que paso a "Santuario de Belén" y finalmente, "Belén", a secas, como actualmente se usa.

La denominación de "Las Barracas" no es caprichosa -la toponimia nunca lo es- y obedece a que el lugar es un antiquísimo punto de contacto o concentración de las cabañas trashumantes que ascendían a la Meseta desde Alicante, Valencia y Granada (Murcia incluida, claro esta). Un lugar de descanso en el itinerario... un cruce de caminos... Un lugar en el que no podía faltar la invocación a los dioses de la fecundidad, del comercio, de la vida y de la eternidad... Un sitio en el que era imprescindible un ara de sacrificios y una imagen de diosa mas o menos rudimentaria o artística.

Si hemos de aceptar que en en el solar de Almansa se adoraba a una imagen de mujer...; una "diosa madre", mucho antes de la fecha en que Juan Sanchez Pulido trajo de Roma la imagen de la Virgen de Belén (como luego veremos), debió de tratarse de una de esas imagenes ibéricas -exvotos- cristianizadas, encontrada casualmente en los alrededores del actual santuario.

No podemos olvidar que el famoso Cerro de los Santos, junto con el Llano de la Consolación, a menos de doce kilómetros de este sitio, son dos de los yacimientos mas importantes de la estatuaria ibérica de toda la Península.

La toponimia de la zona nos indica claramente que el lugar es uno de los puntos elegidos por la naturaleza para la comunicación entre el hombre y la divinidad. Así nos encontramos con casas de labor, cerros barrancos que responden a los nombres de San Luis, El Ángel, Santa Teresa, Santa Rosa, San Anton, San Quintín, San Rafael, etc.

Como ya he dicho, las veredas y cañadas de Alicante y Valencia coincidían en este lugar con la de Granada (por Tobarrillas, los Pozuelos y Botas), mientras que la carretera de Madrid no era otra que el viejo camino del Santuario.

En "Las Barracas" se celebraban tratos entre pastores en paso y almanseños artesanos; se cambiaban reses por trigo, abarcas por pieles de cordero, mulas por caballos o asnos, ovejas por vino o patatas por arroz, como ahora veremos al hablar de la Feria.

Una vez descrito por encima el panorama paisaje o vivencia, debemos completarlo con la presencia de algún fraile, que no dejaba el clero en aquellos tiempos -y en estos- de estar presente allá donde exista movimiento de personas.

Aunque tengo fundadas sospechas, no voy a entrar en el tema de si Juan Sanchez Pulido fue un autentico ermitaño, como nos lo han pintado, o un simple labrador de acentuado talante religioso, en cuyas tierras pudiese haber aparecido la imagen y, como el es lógico, se quedaría en su casa, que con el tiempo se convertiría en un sitio de visita de los caminantes.

La situación del Santuario, junto a la acequia del Pantano, que era donde se alzaba la casa de Juan Sanchez, indica bien a las claras que aquello fue un molino en sus primeros tiempos. Así que, nada de ermita.

Sobre este hombre, Juan Sanchez, gira la trama histórica de la Virgen de Belén, en la cual se han intercalado, a modo de aderezos ornamentos y florituras milagrosas innecesarias.

Además de la versión ya conocida (que solo puede ser cierta en el hecho del hallazgo de una imagen femenina por unos pastores, pero no en la fecha indicada, ni en la identidad de la misma), tenemos un escrito del párroco don Eloy Villena Gomez, publicado en el mismo numero de "La Voz de Almansa" antes referido y que lleva por titulo "El Santuario de la Virgen de Belén", que intenta corroborar la antigüedad del hallazgo buscando una imposible devoción en el tiempo que los almanseños no necesitaban.

Obviamente, ni este articulo periodístico -ni el anterior- pueden ser considerados como documentos históricos, porque (aparte de haberlos escrito parte muy interesada), no aportan la menor prueba de su veracidad.

El Articulo dice así:

Esta fuera de duda que nuestra Patrona ocupa el Santuario desde el siglo XI, o sea, dos siglos antes de que existiera Almansa. Claro esta que el Santuario ha sido transformado diferentes veces y que en su principio es tuvo al cuidado de unos monjes ermitaños que tendrían una pequeña ermita y varios cenobios a su alrededor, pues consta que a mediados del siglo XVI, mediante una Bula Pontificia, paso el Santuario y la Virgen a poder de la Villa de Almansa, pues en tal época todavía estaba el Santuario y la Virgen en poder de un ermitaño, que ostentaba los derechos sobre la Virgen. Cuando ya paso el Santuario a la Villa, se constituyo su Concejo en Patrono del mismo y entonces empezó alguna reforma en las obras del mismo. En 1.628, Juan Sanchez Polido, llevado de su devoción profunda a la Virgen de Belén, lego en testamento al Santuario los bienes que poseía en las inmediaciones, disponiendo que fuesen administrados por una Hermandad formada por los Sacerdotes de Almansa y dos Comisarios

Desde entonces quedo el Santuario a cargo de un Hermano Mayor, cargo que en la actualidad viene desempeñando con gran acierto el benemérito sacerdote almanseño D. Miguel Diaz Real.

En 1.717 y siendo Hermano Mayor D. Fulgencio Galiano Spuche, se doro el actual retablo con limosnas de la Villa.

Con motivo de la visita Pastoral que hizo a esta Ciudad el Obispo de Cartagena D. Juan Mateo Lopez Saenz, en 1.745, paso a visitar el Santuario acompañado del Corregidor de la Villa, Sres. del Concejo y algunos del clero secular y regular.

Por lo que aparece en la Crónica que habla de esto, el Santuario era una mitad aproximadamente de lo que es actualmente y a su costado izquierdo, visto de frente, había una habitación destinada a hospedería de reducidas proporciones. El Sr. Obispo, después de la comida hablo a sus acompañantes, de la necesidad que había de hermosear aquel lugar y el mismo trazo en un papel un diseño o plano de lo que podía hacerse en aquel lugar.

Delante de la Ermita y en lo que actualmente plaza, existía un pequeño promontorio _(Que pudo ser en tiempo anterior la caída de agua del molino)- de unos tres metros de elevación y en el plano entro como primera providencia el desmonte y la formación de la plaza actual. Después paso a trazar lo que había de ser el edificio hospedería, y así quedo aprobado por todos el plano trazado por el Sr. Obispo, plano que al regresar a la Villa fue entregado para su ejecución, al Maestro de Obras del Concejo.

En la primera sesión que celebro el Concejo, se presento para su aprobación , el proyecto trazado por el Sr. Obispo D. Juan Mateo Lopez Saenz; que quedo aprobado y en la misma sesión quedo votada la cantidad de 30.000 reales para dar principio a las obras. Estas sufrieron diferentes interrupciones, hasta el año 1.785 en que se dieron por terminadas, quedando la edificación en la forma que actualmente aparece.

A traves del tiempo y debido al mayor o menor celo de los diferentes Comisarios que sin interrupción se han venido sucediendo, se han introducido algunas obras de ampliación y restauración en el Santuario y Hospedería y existe el propósito de realizar un emprendido para terminar totalmente el amplio proyecto de restauración del edificio que ha de permitir el cómodo albergue de seis u ocho familias que en épocas veraniegas y aun en otras épocas del año, puedan disfrutar del bienestar que allí se goza y por otra parte pueda ser un importante ingreso para los fines del Santuario".

Los lectores que conozcan el libro de Ruiz de Alarcon, verán este articulo fielmente reproducido, pero sin indicar quien lo escribió. Esta omisión de procedencia no hizo mas que producir confusiones y, como todas las omisiones (mas o menos voluntarias), son nocivas para la autentica cultura.

En 1.952, por culpa (o a consecuencia de este escrito incompleto) se publico en la Revista de Fiestas, la siguiente opinión por don Antonio Ruano Ibañez:

"Doctos investigadores han tratado infructuosamente de indagar el origen y posterior desarrollo de esta antiquísima asociación, que hoy conocemos con el nombre de Sociedad de Pastores, pero siempre han tropezado o dicho con mas propiedad, no han tropezado nunca con indicio alguno que corona tan noble afán, por tanto lo que se sabe acerca de ella no pasan de ser simples suposiciones o conjeturas, como bien dice don Jose Perez en su Historia de Almansa, y como el, cree el ocasional cronista que su principio tuvo que ser tan antiguo como la aparición de la Virgen en la Vega del Santuario, a donde actualmente se acude en Romería dos veces al año, pues es creencia popular, que de leyenda puede ser calificada, que fue a un pastor a quien le cupo tal gracia divina.

Quien al parecer logro algo positivo en tales investigaciones según se ha podido deducir en coloquios sostenidos con personas muy allegadas a esta Mayordomía, fue D. Eloy Villena, q.e.p.d., Cura Parroco a quien se debió la Coronación Pontificia de la Virgen de Belén, pero de lo que este probo varón hizo nada se ha podido encontrar por causas de todos conocidas".


Las "causas por todos conocidas", no las conoce nadie. Suponemos que el firmante del articulo se refirió a los tristes sucesos de 1.936, en los que la Imagen de la Virgen de Belén fue salvajemente destruida pero eso no tiene la menor relacion con lo anterior, porque ningún archivo fue destruido y ya hemos visto lo que D. Eloy Villena había "averiguado".

Estamos jugando a historiadores y vemos con estupor que en solo cincuenta años se ha creado una confusión (en parte premeditada y en parte involuntaria) de la mayor magnitud. Y esto sucede solamente porque la persona que vertió el primer dato estaba considerada algo así como "intocable o infalible, el que vino detrás tuvo el mismo trato de favor por los terceros y a nosotros nos sirvieron una rueda cuadrada (tal vez sin proponérselo)con todas las de la Ley) simplemente por el "síndrome del Don". (Que puede traducir se: por una arraigada costumbre de doblar el espinazo ante el poderoso...o por un subordinamiento mental equiparable a la robotizacion; lo que se se traduce en una autentica carencia de personalidad independiente...o de unidad pensante.

Y si jugando en cincuenta años nos hemos encontrado con esta "malversación de fondos culturales", imaginemos lo que sera de las historias elaboradas con los textos antiguos (la mayoría de segunda mano o incompletos).

Dejemoslo. Ahora vamos a conocer la historia oficial de la Virgen de Belén (La historia eclesiástica).

En 1.893, se imprimió en Almansa, en la imprenta de Juan Piqueras, un folleto en el que D. Antonio Real Casabuena transcribía literalmente "de la copia al pie de la letra" que le había facilitado el Pbro.

don Antonio Sanchez Navarro, Cura Parroco de Mahora, tomada de la obra titulada "El Pensil del Ave Maria", escrita en 1.730 por don Jose Villarba y Corcoles, Pbro. Prebendado de la Santa Iglesia Catedral de Cartagena, la historia de la imagen de la Virgen de Belén. "Venerase en una suntuosisima ermita, situada en un territorio llamado de las Barracas, a distancia de dos leguas cortas de dicha villa.

Tuvo su principio y origen, así la imagen como la ermita, (Quiero subrayar esto: así la imagen como la ermita), de la devoción de un devoto de la Santísima Virgen. Vivía en esta villa de Almansa un hombre buen cristiano y temeroso de Dios, llamado Juan Sanchez (que después llamaron de Belén) y para tener mas segura su felicidad en sus santos ejercicios tenia por madre y abogada a la Santísima Virgen, a quien de todo corazón amaba y deseaba hacerle algún obsequio que redundase en culto y gloria suya. Vacilando, pues, en estos santos pensamientos, fue inspirado del cielo para visitar loas Iglesias de Roma y las reliquias de tantos santos y mártires como en ella se veneran. Pusolo en ejecución, visitando estos santos lugares con gran devoción y espíritu, y el fruto que saco de esta peregrinación fue el traer consigo una peregrina imagen de Nuestra Señora con el titulo de BELéN, que es lo que por dicha villa se venera.

Gozoso este hombre con tan soberana prenda e inspirado de esta Gran Reina, le fabrico en el sitio donde hoy permanece una pequeña ermita y en ella coloco la Santa Imagen, dotándola con mucha parte de su hacienda que en este mismo sitio poseía, con algunas cargas y obligaciones de decir misa sus capellanes en todas las festividades de Nuestra Señora. Esto consta por instrumentos de mas de doscientos años a esta parte.

Y después otro devoto de la Virgen, natural de esta Villa, llamado Damian Martinez Cabeza de Vaca (que vivió en Madrid con aprobación honorífica) la doto de riquisimas alhajas, vestidos, joyas, cálices y ternos, fundando con su mujer Da. Maria Herrero una Capellanía con una renta proporcionadisima para un clérigo de su linaje, con obligación de decir misa todos los dias de Domingo del año y Pascuas, en dicha ermita, para que sus convecinos labradores puedan cumplir el precepto de oírla sin trabajo, lo cual susbsiste con puntualidad, además de los muchos sacerdotes que concurren casi todo el año en obsequio a esta Señora.

Muy celebrada es esta Santa Imagen por todas las circunstancias que en ella se hallan. Es su estatura al natural, de una bien dispuesta mujer, con un niño en el pecho, cogido con ambos brazos, y por todas partes hermosa y de apacibilisima veneración. Esta colocada en un majestuoso trono, dentro de un retablo de primorosa talla y arquitectura, cerrado y dorado, con un magnifico camarín, adornado de talla de estuco, con su media naranja (???), lleéno de pinturas selectas, con un hospicio capaz de seis familias, que a un tiempo pueden residir cómodamente, al cumplimiento de sus promesas.

La fiesta la celebra la villa, por voto, el día seis de Mayo de cada un año, con asistencia de ambas comunidades, clero y religiosos, y es fiesta de precepto en la cual se da de comer abundantemente a todos cuantos con titulo de pobres lo quieren admitir; concurriendo y debiendo asistir a tanta solemnidad todos los vecinos de dicha villa, sin distinción, o por lo menos uno de cada casa o familia. Hay en este día jubileo plenisimo para todos los que allí confesaren y comulgaren, que apenas hay alguno que no lo ejecute con gran devoción de su espíritu.

Asimismo, en este día se celebra fiesta particular por la Cofradía del gremio de pastores de dicha villa, en que todos manifiestan su mucha devoción y liberalidad.

Concurre tambien la feria que desde el tiempo del Rey D. Juan Sgdo. se le concedió por dos dias (1.407 a 1.454) en que se experimenta la devoción de aquellos concurrentes, así naturales como convecinos de las próximas poblaciones, que son muchas, y a proporción es su concurso; no habiendo de estos ninguno que no entre a visitar a la Santísima Virgen.

Resplandece en esta Gran Reina el glorioso titulo de BELéN, tan propio en esta Señora, que es entre muchos el que con mas devoción se puede elogiar el devoto afecto. Dice S.Gregorio que Belén se interpreta "Casa de pan". Por el pan entendemos ser Cristo Nuestro Redentor, pues de si mismo dice "Yo soy el pan vivo que baje del cielo". Siendo, pues, esta pan Cristo, se sigue por consecuencia ser la casa del pan Maria Santísima, donde estuvo encerrado nueve meses, saliendo de esta Santísima Casa el pan de vida, Cristo, para nuestro remedio, adonde con mucha gran confianza pueden llegar los devotos de esta Gran Reina a pedirle el pan de vida, a Jesús, que no negara el entregarles cuando con tanta magnificencia nos le dio en los umbrales de Belén, de donde vino todo nuestro remedio.

Y si con tanta benignidad distribuye esta Señora a sus devotos largos bienes, no tema la humana fragilidad el pedirlos. Cuyos milagros son tantos y tan continuados que no caben en breve compendio, siendo uno y el mas frecuente el que experimenta dicha villa en el logro de las lluvias; pues cuando las necesitan sus campos, acudiendo su esperanza a tan soberano asilo, nunca les ha sido frustrada, precediendo la rogativa en su santa casa, o trayéndola en solemne procesión a la villa, en cuya entrada se experimenta, a salir a recibir a Su Majestad, una universal conmoción de ternura en el corazón de los hombres como en las piedades del cielo, habiendo sido rarísima vez la que ha entra do este santísimo simulacro en dicha villa sin empezar a regar calles y campos con abundante rocío del cielo. Y en el retorno de la Santa Imagen a su casa, tambien se ha experimentado en los disparos de fusilería no haber sucedido desgracia alguna, siendo así que muchas veces se han reventado los cañones en las manos, puestos al rostro, y tambien frascos llenos de pólvora con que los devotos soldados demuestran lo afectivo de sus corazones a su Gran Reina, cuyo testimonio dan los despojos que penden en las paredes de su Santo Templo, como así mismo mortajas, ataúdes, muletas, trenzas de pelo y pinturas de todo genero de milagros, con muchas presenta tallas de cera, en donde se ve claramente resplandecer el omnipotente brazo de Dios en esta Sagrada Imagen".

El documento en cuestión no termina en este punto y aparte y volveremos a recurrir a sus párrafos para ilustrar el tema de nuestras Fiestas.

Una cosa es cierta: nadie con sentido común puede creer que en un pueblo donde se venere con tanta devoción a una imagen, sus vecinos consientan que, al edificar el templo principal de la población (precisamente a su costa), fuese dedicado a otra advocación de la Virgen (o a otra Virgen distinta -para la mentalidad de la época-)

Pues eso es precisamente lo que se nos ha intentado hacer creer (con muy poca imaginación), pues después de venerar a la Virgen de Belén "desde doscientos años antes de que existiese Almansa", al construirse la Iglesia -como he dicho, a costa de las limosnas y trabajos del pueblo- consintieran en que el templo fuese dedicado a otra Virgen sin arraigo en sus corazones, como era Ntra. Sra. de la Asunción.

Para comprender este "fenómeno" hay saber que esta dedicación de templos a Ntra. Sra. de la Asunción, fue masiva, y así lo demuestra una rápida consulta en los pueblos de toda la región (por no ampliar el ámbito).

No hay comentarios:

Publicar un comentario