Un trueque de este tipo recayó sobre la imagen de
la Virgen de Belén, allá por los principios del siglo.
En 1.905, a causa -según dicen- del deterioro que
el rostro de la Virgen y el Niño padecían por la costumbre entonces reinante de
arrojar caramelos y anises en la procesión del día seis de mayo, D. Nicolás Diaz
Real, Hermano Mayor encargado de la conservación de la imagen, la mando restaurar a Valencia.
Y la Virgen que al salir de Almansa, era de figura
sentada, con el niño en el regazo y modelado su rostro con rasgos bizantinos,
regreso al santuario de Las Barracas, tan cambiada, que los almanseños no la
reconocían como su "Virgencica de Belén".
Ni que decir tiene que los disgustos entre el pueblo fueron enormes y
las protestas mayúsculas, pero el tiempo todo lo cura y a
su paso, los rasgos de la imagen antigua fueron difuminándose en el
recuerdo de
los mayores, mientras nadie se percataba de la transformación de la luna
en media naranja cada vez que los curas hacían uso de su mas o menos
fluido poder
persuasorio y evangelizador.
La Virgen de Belén..., la "diosa madre" del subconsciente alamanseño, no
necesitaba que nadie le añadiera el menor oropel. Los
almanseños, creyentes o no en la fe cristiana, sienten particular
devoción hacia ella. Sin embargo, para fomentar este sentimiento, se
adorno la historia de
la imagen con una antigüedad exagerada y una milagrosa aparición, muy
poco original, por cierto.
Parece ser que esta versión fue difundida en 1.923
cuando D. Eloy Villena, cura párroco muy estimado por la población,
fundo un
periódico titulado "La Voz de Almansa", que pretendía aunar opiniones y
afectos
entre la Iglesia y sus feligreses, con el cercano motivo de la
coronación pontificia de la imagen, a celebrarse dos años después.
En este pequeño periódico se fue preparando la
conciencia de los almanseños de cara a esa extraordinaria manifestación, en la
que se precisaba su colaboración espiritual... y ,claro esta, la económica.
En el primer numero de este semanario y firmado
con las iniciales "F.V." (Florentino Villena), aparece un articulo titulado Los
Pastores, en que se habla de la antigüedad del culto a la Virgen de Belén por
el pueblo de Almansa. Dice así:
"Hemos tratado de inquirir la fundación de esta devota Sociedad de la
Virgen y todos cuantos exámenes de libros, computo de fechas y
hasta preguntas a personas versadas en la tradición almanseña hemos
hecho, han
resultado infructuosas. La benemérita Sociedad de los Pastores, en
cuanto a su
constitución, es un enigma que ni aproximadamente podemos descifrar.
No obstante, es creencia general -y a ello contribuye su
propia oscuridad en los tiempos- que debió fundarse con la aparición de
la Virgen hace aproximadamente 11 siglos; por tanto su antigüedad se
remonta a los
años 820 al 850, con lo que resulta que esta Sociedad se fundo en el
lugar de
la aparición milagrosa (hoy Santuario de Belén) 200 años antes que la
ciudad de
Almansa.
De como se constituyo la Sociedad ya hemos dicho que no hay
vestigios históricos, o no hemos podido hallarlos, pero con la aparcion
de la
Virgen a uno de los pastores, debieron congregarse al rededor de la
sagrada Imagen todos los demás de los contornos, quienes, después de
ofrendarla sus cánticos y devociones, la proclamaron Patrona y se
constituyeron en fieles devotos
de la Virgen de Belén y custodios perpetuos del culto a la sagrada
Imagen.
La tradición, que es el alma de los pueblos, ha conservado a
traves de los siglos esta santa devoción de los pastores a su Virgen y
hoy, como hace 11 siglos, la Patrona de Almansa sigue rodeada por los
descendientes de
aquellos primeros devotos y la Sociedad que entonces, espontáneamente,
se fundo
sin mas base ni mas reglamento que la devoción de la Virgen, continua al
presente con los mismos entusiasmos y mas esplendoroso culto.
Es un ejemplo de solidaridad que no nos lo ofrecen las modernas
sociedades, todas caducas. Y es que no hay ideal tan solido como el que
se
cimenta en el corazón y tiene por base el amor santo a la Virgen.
Por eso la Sociedad de los Pastores de la Virgen de Belén no
puede desaparecer nunca, hasta la consumación de los siglos. La
tradición, que
nos ha traído día por día el divino perfume de aquella primera devoción
de los
pastores, la transmitiría con el correr de los siglos y de generación en
generación, y si el motivo de su fundación obedeció a la aparición de
la Virgen, lógicamente pensado, no podrá desaparecer mientras la Virgen
subsista. F.V. "
Aunque se desconoce la fecha exacta en que los árabes reedificaron (o
levantaron) una población alrededor del "Cerro del Águila",
mientras se construía en su cúspide el Castillo, parece que esto se
produjo al
principio del siglo X, con lo que, efectivamente, no existía Almansa en
la fecha que se da como la de aparición de la imagen de la Virgen.
Sin embargo, si que existía Ello (Montealegre),que
era una importantísima ciudad en aquella época; por lo que los pastores
que se
encontrasen la imagen pertenecerían a aquella población y se hubiesen
llevado
la imagen, la tradición (Romería incluida) a su lugar de origen, ya que
el santuario se encuentra, como todos sabemos, a medio camino entre
ambas poblaciones
Todo esto aporto, pensando que los pastores que
viviesen entonces en esta comarca fuesen cristianos, a los que los
árabes les
hubiesen dejado algunas cabezas de ganado para que pudieran pagar sus
tributos,
pero esto no concuerda con la total despoblación de la zona que nos
afirman algunos autores.
Otra cosa seria si la imagen apareció con posterioridad a eses fechas y cuando ya Almansa, consolidada como población, era una
villa cristiana "reconquistada".
Las apariciones de estatuas antiguas de forma fortuita (milagrosa para la religión católica), son muy frecuentes en el país.
Unas, las menos, proceden de enterramientos u ocultaciones conscientes,
para
evitar que cayeran en manos infieles; pero esto sucedía cuando existía
una población. Y estas imagenes fueron recuperadas una ves se consolido
la reconquista del lugar, bien por obra de la casualidad, bien por datos
transmitidos de
generación en generación.
Los otros hallazgos, mas numerosos si cabe, no
fueron otra cosa que restos arqueológicos que el arado o la azada sacaron a relucir al remover la tierra de los bancales.
Muchas de estas apariciones "milagrosas" responden
por completo a lo anteriormente expuesto. Las famosas estatuas ibéricas
conocidas como "Dama de Elche", "Dama Oferente", etc., pudieron haberse
convertido en
otras tantas vírgenes cristianas de haberse descubierto un par de siglos
atrás.
Un par de siglos, pero no once, como se le quisieron atribuir a la
Virgen almanseña, a la que ya denominaron "de Belén", como si
ese nombre le hubiese sido impuesto por el lugar de su aparición, cuando
sucedió todo lo contrario: que el paraje denominado de "Las Barracas",
por comodidad de uso del lenguaje, paso con el tiempo a conocerse como
"Belén", debido a
la contracción de la frase "Santuario de la Virgen de Belén", que paso a
"Santuario de Belén" y finalmente, "Belén", a secas, como actualmente
se usa.
La denominación de "Las Barracas" no es caprichosa
-la toponimia nunca lo es- y obedece a que el lugar es un antiquísimo punto de
contacto o concentración de las cabañas trashumantes que ascendían a la Meseta
desde Alicante, Valencia y Granada (Murcia incluida, claro esta). Un lugar de
descanso en el itinerario... un cruce de caminos... Un lugar en el que no podía
faltar la invocación a los dioses de la fecundidad, del comercio, de la vida y
de la eternidad... Un sitio en el que era imprescindible un ara de sacrificios
y una imagen de diosa mas o menos rudimentaria o artística.
Si hemos de aceptar que en en el solar de Almansa
se adoraba a una imagen de mujer...; una "diosa madre", mucho antes de la fecha
en que Juan Sanchez Pulido trajo de Roma la imagen de la Virgen de Belén (como
luego veremos), debió de tratarse de una de esas imagenes ibéricas -exvotos-
cristianizadas, encontrada casualmente en los alrededores del actual santuario.
No podemos olvidar que el famoso Cerro de los Santos, junto con el Llano de la Consolación, a menos de doce kilómetros de este
sitio, son dos de los yacimientos mas importantes de la estatuaria ibérica de
toda la Península.
La toponimia de la zona nos indica claramente que
el lugar es uno de los puntos elegidos por la naturaleza para la comunicación
entre el hombre y la divinidad. Así nos encontramos con casas de labor, cerros
barrancos que responden a los nombres de San Luis, El Ángel, Santa Teresa, Santa Rosa, San Anton, San Quintín, San Rafael, etc.
Como ya he dicho, las veredas y cañadas de Alicante y Valencia coincidían en este lugar con la de Granada (por Tobarrillas, los
Pozuelos y Botas), mientras que la carretera de Madrid no era otra que el viejo camino del Santuario.
En "Las Barracas" se celebraban tratos entre pastores en paso y almanseños artesanos; se cambiaban reses por trigo, abarcas por
pieles de cordero, mulas por caballos o asnos, ovejas por vino o patatas por
arroz, como ahora veremos al hablar de la Feria.
Una vez descrito por encima el panorama paisaje o
vivencia, debemos completarlo con la presencia de algún fraile, que no dejaba
el clero en aquellos tiempos -y en estos- de estar presente allá donde exista
movimiento de personas.
Aunque tengo fundadas sospechas, no voy a entrar
en el tema de si Juan Sanchez Pulido fue un autentico ermitaño, como nos lo han
pintado, o un simple labrador de acentuado talante religioso, en cuyas tierras
pudiese haber aparecido la imagen y, como el es lógico, se quedaría en su casa,
que con el tiempo se convertiría en un sitio de visita de los caminantes.
La situación del Santuario, junto a la acequia del
Pantano, que era donde se alzaba la casa de Juan Sanchez, indica bien a
las claras que aquello fue un molino en sus primeros tiempos. Así que,
nada de ermita.
Sobre este hombre, Juan Sanchez, gira la trama histórica de la Virgen de
Belén, en la cual se han intercalado, a modo de aderezos
ornamentos y florituras milagrosas innecesarias.
Además de la versión ya conocida (que solo puede
ser cierta en el hecho del hallazgo de una imagen femenina por unos
pastores,
pero no en la fecha indicada, ni en la identidad de la misma), tenemos
un escrito del párroco don Eloy Villena Gomez, publicado en el mismo
numero de "La
Voz de Almansa" antes referido y que lleva por titulo "El Santuario de
la Virgen de Belén", que intenta corroborar la antigüedad del hallazgo
buscando una
imposible devoción en el tiempo que los almanseños no necesitaban.
Obviamente, ni este articulo periodístico -ni el
anterior- pueden ser considerados como documentos históricos, porque (aparte de
haberlos escrito parte muy interesada), no aportan la menor prueba de su veracidad.
El Articulo dice así:
Esta fuera de duda que nuestra Patrona ocupa el Santuario
desde el siglo XI, o sea, dos siglos antes de que existiera Almansa.
Claro esta
que el Santuario ha sido transformado diferentes veces y que en su
principio es
tuvo al cuidado de unos monjes ermitaños que tendrían una pequeña ermita
y varios cenobios a su alrededor, pues consta que a mediados del siglo
XVI, mediante una Bula Pontificia, paso el Santuario y la Virgen a poder
de la Villa de
Almansa, pues en tal época todavía estaba el Santuario y la Virgen en
poder de
un ermitaño, que ostentaba los derechos sobre la Virgen. Cuando ya paso
el Santuario a la Villa, se constituyo su Concejo en Patrono del mismo y
entonces empezó alguna reforma en las obras del mismo. En 1.628, Juan
Sanchez Polido, llevado de su devoción profunda a la Virgen de Belén,
lego en testamento al Santuario los bienes que poseía en las
inmediaciones, disponiendo que fuesen administrados por una Hermandad
formada por los Sacerdotes de Almansa y dos Comisarios
Desde entonces quedo el Santuario a cargo de un Hermano Mayor, cargo que en la
actualidad viene desempeñando con gran acierto el benemérito sacerdote almanseño D. Miguel Diaz Real.
En 1.717 y siendo Hermano Mayor D. Fulgencio Galiano Spuche,
se doro el actual retablo con limosnas de la Villa.
Con motivo de la visita Pastoral que hizo a esta Ciudad el
Obispo de Cartagena D. Juan Mateo Lopez Saenz, en 1.745, paso a visitar
el Santuario acompañado del Corregidor de la Villa, Sres. del Concejo y
algunos del
clero secular y regular.
Por lo que aparece en la Crónica que habla de esto, el Santuario era una
mitad aproximadamente de lo que es actualmente y a su costado
izquierdo, visto de frente, había una habitación destinada a hospedería
de reducidas proporciones. El Sr. Obispo, después de la comida hablo a
sus acompañantes, de la necesidad que había de hermosear aquel lugar y
el mismo trazo en un
papel un diseño o plano de lo que podía hacerse en aquel lugar.
Delante de la Ermita y en lo que actualmente plaza, existía
un pequeño promontorio _(Que pudo ser en tiempo anterior la caída de
agua del
molino)- de unos tres metros de elevación y en el plano entro como
primera providencia el desmonte y la formación de la plaza actual.
Después paso a trazar
lo que había de ser el edificio hospedería, y así quedo aprobado por
todos el
plano trazado por el Sr. Obispo, plano que al regresar a la Villa fue
entregado
para su ejecución, al Maestro de Obras del Concejo.
En la primera sesión que celebro el Concejo, se presento para su
aprobación , el proyecto trazado por el Sr. Obispo D. Juan Mateo Lopez
Saenz; que quedo aprobado y en la misma sesión quedo votada la cantidad
de
30.000 reales para dar principio a las obras. Estas sufrieron diferentes
interrupciones, hasta el año 1.785 en que se dieron por terminadas,
quedando la edificación en la forma que actualmente aparece.
A traves del tiempo y debido al mayor o menor celo de los
diferentes Comisarios que sin interrupción se han venido sucediendo, se
han introducido algunas obras de ampliación y restauración en el
Santuario y Hospedería y existe el propósito de realizar un emprendido
para terminar totalmente el
amplio proyecto de restauración del edificio que ha de permitir el
cómodo albergue de seis u ocho familias que en épocas veraniegas y aun
en otras épocas
del año, puedan disfrutar del bienestar que allí se goza y por otra
parte pueda
ser un importante ingreso para los fines del Santuario".
Los lectores que conozcan el libro de Ruiz de Alarcon, verán este
articulo fielmente reproducido, pero sin indicar quien lo escribió. Esta
omisión de procedencia no hizo mas que producir confusiones y, como
todas las omisiones (mas o menos voluntarias), son nocivas para la
autentica
cultura.
En 1.952, por culpa (o a consecuencia de este escrito incompleto) se publico en la Revista de Fiestas, la siguiente opinión por
don Antonio Ruano Ibañez:
"Doctos investigadores han tratado infructuosamente de
indagar el origen y posterior desarrollo de esta antiquísima asociación,
que
hoy conocemos con el nombre de Sociedad de Pastores, pero siempre han
tropezado
o dicho con mas propiedad, no han tropezado nunca con indicio alguno que
corona
tan noble afán, por tanto lo que se sabe acerca de ella no pasan de ser
simples suposiciones o conjeturas, como bien dice don Jose Perez en su
Historia de
Almansa, y como el, cree el ocasional cronista que su principio tuvo que
ser
tan antiguo como la aparición de la Virgen en la Vega del Santuario, a
donde
actualmente se acude en Romería dos veces al año, pues es creencia
popular, que
de leyenda puede ser calificada, que fue a un pastor a quien le cupo tal
gracia
divina.
Quien al parecer logro algo positivo en tales investigaciones
según se ha podido deducir en coloquios sostenidos con personas muy allegadas
a esta Mayordomía, fue D. Eloy Villena, q.e.p.d., Cura Parroco a quien se debió
la Coronación Pontificia de la Virgen de Belén, pero de lo que este probo varón
hizo nada se ha podido encontrar por causas de todos conocidas".
Las "causas por todos conocidas", no las conoce nadie. Suponemos que
el firmante del articulo se refirió a los tristes sucesos de 1.936, en los que
la Imagen de la Virgen de Belén fue salvajemente destruida pero eso no tiene la
menor relacion con lo anterior, porque ningún archivo fue
destruido y ya hemos
visto lo que D. Eloy Villena había "averiguado".
Estamos jugando a historiadores y vemos con estupor que en solo
cincuenta años se ha creado una confusión (en parte premeditada
y en parte involuntaria) de la mayor magnitud. Y esto sucede solamente
porque
la persona que vertió el primer dato estaba considerada algo así como
"intocable o infalible, el que vino detrás tuvo el mismo trato de favor
por los terceros y a nosotros nos sirvieron una rueda cuadrada (tal vez
sin proponérselo)con
todas las de la Ley) simplemente por el "síndrome del Don". (Que puede
traducir
se: por una arraigada costumbre de doblar el espinazo ante el
poderoso...o por
un subordinamiento mental equiparable a la robotizacion; lo que se se
traduce en
una autentica carencia de personalidad independiente...o de unidad
pensante.
Y si jugando en cincuenta años nos hemos encontrado con esta "malversación de fondos culturales", imaginemos lo que sera de las
historias elaboradas con los textos antiguos (la mayoría de segunda mano o incompletos).
Dejemoslo. Ahora vamos a conocer la historia oficial de la Virgen de Belén (La historia eclesiástica).
En 1.893, se imprimió en Almansa, en la imprenta
de Juan Piqueras, un folleto en el que D. Antonio Real Casabuena transcribía
literalmente "de la copia al pie de la letra" que le había facilitado el Pbro.
don Antonio Sanchez Navarro, Cura Parroco de Mahora, tomada de la obra
titulada
"El Pensil del Ave Maria", escrita en 1.730 por don Jose Villarba y
Corcoles,
Pbro. Prebendado de la Santa Iglesia Catedral de Cartagena, la historia
de la
imagen de la Virgen de Belén.
"Venerase en una suntuosisima ermita, situada en un territorio llamado
de las Barracas, a distancia de dos leguas cortas de dicha villa.
Tuvo su principio y origen, así la imagen como la ermita,
(Quiero subrayar esto: así la imagen como la ermita), de la devoción de
un devoto de la Santísima Virgen. Vivía en esta villa de Almansa un
hombre buen cristiano y temeroso de Dios, llamado Juan Sanchez (que
después llamaron de Belén)
y para tener mas segura su felicidad en sus santos ejercicios tenia por
madre y
abogada a la Santísima Virgen, a quien de todo corazón amaba y deseaba
hacerle
algún obsequio que redundase en culto y gloria suya. Vacilando, pues, en
estos
santos pensamientos, fue inspirado del cielo para visitar loas Iglesias
de Roma
y las reliquias de tantos santos y mártires como en ella se veneran.
Pusolo en
ejecución, visitando estos santos lugares con gran devoción y espíritu, y
el
fruto que saco de esta peregrinación fue el traer consigo una peregrina
imagen
de Nuestra Señora con el titulo de BELéN, que es lo que por dicha villa
se venera.
Gozoso este hombre con tan soberana prenda e inspirado de esta Gran
Reina, le fabrico en el sitio donde hoy permanece una pequeña ermita y
en ella coloco la Santa Imagen, dotándola con mucha parte de su hacienda
que en
este mismo sitio poseía, con algunas cargas y obligaciones de decir misa
sus
capellanes en todas las festividades de Nuestra Señora. Esto consta por
instrumentos de mas de doscientos años a esta parte.
Y después otro devoto de la Virgen, natural de esta Villa,
llamado Damian Martinez Cabeza de Vaca (que vivió en Madrid con
aprobación honorífica) la doto de riquisimas alhajas, vestidos, joyas,
cálices y ternos, fundando con su mujer Da. Maria Herrero una Capellanía
con una renta proporcionadisima para un clérigo de su linaje, con
obligación de decir misa todos los
dias de Domingo del año y Pascuas, en dicha ermita, para que sus
convecinos labradores puedan cumplir el precepto de oírla sin trabajo,
lo cual susbsiste con
puntualidad, además de los muchos sacerdotes que concurren casi todo el
año en
obsequio a esta Señora.
Muy celebrada es esta Santa Imagen por todas las circunstancias que en
ella se hallan. Es su estatura al natural, de una bien dispuesta
mujer, con un niño en el pecho, cogido con ambos brazos, y por todas
partes hermosa y de apacibilisima veneración. Esta colocada en un
majestuoso trono, dentro de un retablo de primorosa talla y
arquitectura, cerrado y dorado, con un
magnifico camarín, adornado de talla de estuco, con su media naranja
(???), lleéno de pinturas selectas, con un hospicio capaz de seis
familias, que a un tiempo pueden residir cómodamente, al cumplimiento de
sus promesas.
La fiesta la celebra la villa, por voto, el día seis de Mayo
de cada un año, con asistencia de ambas comunidades, clero y religiosos, y es
fiesta de precepto en la cual se da de comer abundantemente a todos cuantos con
titulo de pobres lo quieren admitir; concurriendo y debiendo asistir a tanta
solemnidad todos los vecinos de dicha villa, sin distinción, o por lo menos uno
de cada casa o familia. Hay en este día jubileo plenisimo para todos los que
allí confesaren y comulgaren, que apenas hay alguno que no lo ejecute con gran
devoción de su espíritu.
Asimismo, en este día se celebra fiesta particular por la
Cofradía del gremio de pastores de dicha villa, en que todos manifiestan su mucha devoción y liberalidad.
Concurre tambien la feria que desde el tiempo del Rey D. Juan Sgdo. se
le concedió por dos dias (1.407 a 1.454) en que se experimenta la
devoción de aquellos concurrentes, así naturales como convecinos de las
próximas poblaciones, que son muchas, y a proporción es su concurso; no
habiendo de
estos ninguno que no entre a visitar a la Santísima Virgen.
Resplandece en esta Gran Reina el glorioso titulo de BELéN,
tan propio en esta Señora, que es entre muchos el que con mas devoción
se puede
elogiar el devoto afecto. Dice S.Gregorio que Belén se interpreta "Casa
de pan".
Por el pan entendemos ser Cristo Nuestro Redentor, pues de si mismo
dice "Yo soy el pan vivo que baje del cielo". Siendo, pues, esta pan
Cristo, se
sigue por consecuencia ser la casa del pan Maria Santísima, donde estuvo
encerrado nueve meses, saliendo de esta Santísima Casa el pan de vida,
Cristo, para
nuestro remedio, adonde con mucha gran confianza pueden llegar los
devotos de
esta Gran Reina a pedirle el pan de vida, a Jesús, que no negara el
entregarles
cuando con tanta magnificencia nos le dio en los umbrales de Belén, de
donde
vino todo nuestro remedio.
Y si con tanta benignidad distribuye esta Señora a sus devotos largos
bienes, no tema la humana fragilidad el pedirlos. Cuyos milagros son
tantos y tan continuados que no caben en breve compendio, siendo uno y
el mas
frecuente el que experimenta dicha villa en el logro de las lluvias;
pues cuando las necesitan sus campos, acudiendo su esperanza a tan
soberano asilo, nunca
les ha sido frustrada, precediendo la rogativa en su santa casa, o
trayéndola
en solemne procesión a la villa, en cuya entrada se experimenta, a salir
a recibir a Su Majestad, una universal conmoción de ternura en el
corazón de los hombres como en las piedades del cielo, habiendo sido
rarísima vez la que ha entra
do este santísimo simulacro en dicha villa sin empezar a regar calles y
campos
con abundante rocío del cielo. Y en el retorno de la Santa Imagen a su
casa,
tambien se ha experimentado en los disparos de fusilería no haber
sucedido desgracia alguna, siendo así que muchas veces se han reventado
los cañones en las
manos, puestos al rostro, y tambien frascos llenos de pólvora con que
los devotos soldados demuestran lo afectivo de sus corazones a su Gran
Reina, cuyo testimonio dan los despojos que penden en las paredes de su
Santo Templo, como así
mismo mortajas, ataúdes, muletas, trenzas de pelo y pinturas de todo
genero de
milagros, con muchas presenta tallas de cera, en donde se ve claramente
resplandecer el omnipotente brazo de Dios en esta Sagrada Imagen".
El documento en cuestión no termina en este punto
y aparte y volveremos a recurrir a sus párrafos para ilustrar el tema de nuestras Fiestas.
Una cosa es cierta: nadie con sentido común puede
creer que en un pueblo donde se venere con tanta devoción a una imagen,
sus vecinos consientan que, al edificar el templo principal de la
población (precisamente a su costa), fuese dedicado a otra advocación de
la Virgen (o a otra Virgen distinta -para la mentalidad de la época-)
Pues eso es precisamente lo que se nos ha intentado hacer creer (con muy
poca imaginación), pues después de venerar a la Virgen
de Belén "desde doscientos años antes de que existiese Almansa", al
construirse
la Iglesia -como he dicho, a costa de las limosnas y trabajos del
pueblo- consintieran en que el templo fuese dedicado a otra Virgen sin
arraigo en sus corazones, como era Ntra. Sra. de la Asunción.
Para comprender este "fenómeno" hay saber que esta
dedicación de templos a Ntra. Sra. de la Asunción, fue masiva, y así lo
demuestra una rápida consulta en los pueblos de toda la región (por no
ampliar el ámbito).
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