viernes, 2 de agosto de 2013

Las Romerías

Estamos de nuevo en el tema de las Fiestas.

Hacia 1.800, al construirse la nueva carretera a Madrid, que dejaba fuera de servicio el antiguo camino (que pasaba por el Santuario) y trasladarse la Feria a la población, buscando la natural afluencia de visitantes, las Romerías sufrieron una transformación de fechas.

Dando por sentado que la tradición de traer a la Virgen se inicio después de la Batalla, resulta que en esa época se tenían que alizar tres Romerías: una para traerla a finales de abril, otra para llevarla después de pasadas las Fiestas de mayo y otra como visita obligada a la Feria de agosto.

Al trasladarse la Feria al pueblo, la Virgen se quedo en el durante el verano y cuando terminaba la feria, se devolvía a su ermita de las Barracas.

Esta situación se mantuvo inamovible hasta los principios de los años cincuenta, en que algunos vecinos, cada vez con mas insistencia, denunciaban la incongruencia de que la Virgen estuviera en el pueblo durante el verano, que es cuando apetece salir al campo, y hubiera que ir a Belén en invierno.

El clero, poco propenso a efectuar cambios de cualquier clase, se resistió todo lo que pudo, pero al comprobar que cada vez eran menos las gentes que iban al Santuario y corría peligro de enfriarse la devoción a la Virgen, cambio el orden de las fechas y para mitigar las protestas de los almanseños celosos de las tradiciones a ciegas, el Hermano Mayor publico un articulo en la Revista de Fiestas de 1.956, titulado CAMBIO DE ROMERÍAS, que no puede menos que reproducir.

Todos los españoles, con mas de 50 años, hemos visto en el orden político varias etapas y formas de gobierno mas o menos rectas y felices, pero todas, aun las mas desagradables, formando ya parte de la Historia.

Los católicos, con la misma edad, hemos visto tambien cambios en la liturgia y en las normas Apostólicas sobre diversas materias, con las que Romanos Pontífices, teniendo delante de los ojos las circunstancias de los tiempos, se acomodan a ellos, mediante estas modificaciones, sin que estas reformas se refieran a cosas sustanciales.

Muchos almanseños, sin embargo, no se dieron cuenta exacta de las circunstancias de los tiempos presentes y por esto, cuando oyeron hablar del cambio de las Romerías, y por lo mismo del tiempo de permanencia de la imagen de la Santísima Virgen en el Santuario y en la Ciudad, se sintieron tradicionales y no aprobaban esta reforma. Yo, sin que quiera con estas lineas fustigar a estos, si deseo hacerles comprender algunos de los motivos que indujeron a la reforma.

Uno de ellos, ciertamente muy secundario, pero que hay que tener en cuenta, es la afición turística que practica el mundo actual. No cabe duda que la estancia de la Virgen en el Santuario durante el verano servirá para dirigir hacia el buen numero de turistas, sobre todo el día que tengamos terminada la carretera. Pero aunque prescindamos de los forasteros, servirá, al menos, para nosotros, los amantes de la Virgen. El principal motivo, para mi, es el siguiente: Hace años, quizá los últimos del pasado o primeros de este siglo, todos y cada uno de los sacerdotes con residencia en Almansa, pasaban una semana en el Santuario, dando culto diario a la Patrona durante los meses de su permanencia en el mismo. Pasaron los años y ya no era posible esto. Solo el Hermano Mayor o uno de los Sacerdotes podía desplazarse la víspera de los domingos y dias festivos para que no le faltase el culto a la Patrona, al menos, una vez a la semana.

Mas recientemente, antes de la guerra, aun era posible por las circunstancias económicas del Santuario, que un sacerdote, después de decir Misa en la población, binase en el Santuario, haciendo el viaje la mayoría de las veces en un coche... Después de la guerra no creo necesario enumerar las causas por las cuales no ha sido posible seguir dando culto a la Virgen delante su estancia en el Santuario.

¿Puede extrañar al verdadero devoto de la Virgen este cambio introducido?... Creo que es razonable y lógico pensar que durante el verano recibirá mas frecuentes visitas de sus devotos y de sus amantes hijos. Aceptemos, pues, todos esta reforma, que se adapta mejor a los tiempos y circunstancias presentes.

Quiera Dios que desde este año podamos tributar a la Patrona el culto que merece, durante su estancia en el Santuario. Pero tengamos presente que no solo ha de ser obra del sacerdote, sino que tambien han de cooperar los que se llaman hijos y devotos de Maria...¿Como?... Con sus limosnas, con su presencia y con sus oraciones.

/Adelante, pues, y que este verano la Ermita del Santuario sea pequeña para recibir a todos sus devotos/. Así lo Espera.

EL HERMANO MAYOR:

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